La
práctica de deporte de las personas con discapacidad supone el mayor acontecimiento
médico social producido en el siglo XX.
El deporte adaptado es una terapia
agradable, estimulante y eficaz, representa una plataforma de enorme
importancia para el desarrollo personal y social de los discapacitados.
A través del deporte, potencian al
máximo sus capacidades para así compensar sus zonas dañadas y poder desenvolverse lo mejor posible.
Instituciones que habitualmente no se
dedican al deporte (U.B.A – Depto Extensión comunitaria), han comprobado la
relevancia de este tipo de rehabilitación y en la actualidad organizan Actividades Recreativas, Deportivas y de
Integración Social a jóvenes con retraso intelectual leve o moderado.
La práctica de un deporte fomenta
el compañerismo, la autodisciplina, libera del estrés, aumenta la autoestima,
ofrece un deber fuera de las cargas laborales o educativas, permite viajar,
vivir una vida que sin practicar
un deporte, sería muy difícil; el deporte es una puerta a la integración, una
puerta para sentirse útil.
En realidad la exigencia deportiva
propone un camino de autosuperación para aquellos que tienen una discapacidad o para los que
aparentemente no evidencian discapacidad alguna.