Pensar que algún día se termina aquello que nos da gratificaciones económicas, afectivas y emocionales no es fácil. Y menos lo es cuando en el medio están el éxito y la fama.
Sin embargo la realidad ineludible es que el final va a llegar. Y sin estar preparado para ello, se hace muy difícil pensar en el después.
Armar una vida rica, con redes sociales y afectivas que vayan más allá del deporte. Es lo único que se precisa.
Atravesar esto acompañado por profesionales siempre es mejor.
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