La
pregunta parece una obviedad.
Muchos
contestarían que un interesante capital
basta para que el deportista de alto rendimiento encare una vida laboral y
ocupacional satisfactoria cuando se retira de la práctica deportiva.
Si
reflexionamos aparecen las primeras dudas, tal vez no referidas al dinero, sino
al estado de ánimo que acompaña esta etapa que es crucial para vislumbrar
proyectos y nuevos posicionamientos vitales.
¿Qué
pasa con las vivencias gloriosas que se acumulan en la historia de cada uno?
¿Qué hacer con la falta o con la disminución de reconocimiento en la sociedad y
en los medios de comunicación? ¿Se cierra el pasado con un partido homenaje?
¿Cómo hacer valer las capacidades y
habilidades adquiridas durante tantos años de experiencia deportiva en nuevos
emprendimientos? ¿Pueden encararse propuestas muy diferentes a las ya
realizadas?
¿Cómo
se percibe a sí mismo para comenzar esta etapa: solo, acompañado, con
potencialidades, con ganas? ¿Detecta algunos déficit o necesidades que son
necesarias cubrir?
Para
cruzar este puente, a veces un tanto amenazante que presenta la vida, es
importante estar acompañado por profesionales que se dedican a esto y saben
cómo hacerlo.
Con
seguridad, disponer de dinero no garantiza una buena forma de retirarse del
deporte.
DEPORVIDA
SE ESPECIALIZA EN DARTE UNA MANO, BAH…LAS DOS ¡PARA QUE ESTÉS MEJOR!
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