Así como en otras instancias laborales la
desvinculación está definida por la legislación existente, en el área deportiva
el tema se convierte en una zona con límites imprecisos, ambiguos y consecuencias
no determinadas fehacientemente.
Dentro del nicho de Deportistas retirados o en Situación de retiro
pueden identificarse al menos cuatro grupos:
Los deportistas que por una lesión, deben
abandonar definitivamente su práctica profesional
Este suceso inesperado que se produce de manera
abrupta impacta fuertemente en los estados físicos, emocionales, económicos y
sociales del deportista. Esta persona no había
contemplado dejar esta actividad en su proyecto de vida y entonces se
enfrenta a dos problemáticas: la recuperación de la lesión o aceptación de su
patología y el redireccionamiento apremiante de su futuro.
Aquellos que por la edad promedio de retiro, están
cercanos a la finalización de su carrera. (30/35 años)
Los retiros
programados de los profesionales de elite, son los menos comunes. Pocos son los
deportistas que consultan o se preparan para afrontar esta etapa .. Suele
ocurrir que al quedar “libres”, los jugadores de más de 30 años, sencillamente
no reciben ofertas y se retiran “de hecho”. Resulta difícil cuantificar el
porcentaje de deportistas en condiciones de retiro, ya que no se cuenta con
estadísticas al respecto. Se realizaron consultas al INDEC, CENARD, CAID
(Centro Argentino de Investigación Deportiva) y Secretaría de Deporte de la
Nación sin resultados positivos sobre el tema.
Aunque no se pueda identificar en primera instancia la
causa del retiro (voluntario o involuntario) están atravesando, en soledad,
este período crítico sin sostenes ni ayudas
profesionales que lo acompañen en su reinserción socio-laboral.
Los jóvenes que no pueden ascender a instancias
de alto rendimiento
En las divisiones inferiores
del futbol se produce un desgranamiento a la edad de 21 a 23 años. Del grupo de
jugadores
que están en la cuarta división, algunos pasan a la tercera, otros se colocan
en el exterior y otros quedan libres. Estos son los que tienen que cambiar de
profesión. En este momento, al
final del proceso de inferiores, es cuando los deportistas de tercera división,
deben recibir por parte del club una oferta de contrato profesional o quedan
libres. Suele suceder que aún en estas condiciones y sin club, el deportista no
se considere retirado y siga
entrenando por su cuenta a la
espera de una nueva oportunidad (ilusión de permanencia). Transcurrido un
tiempo, tal vez se resigne a estar fuera de la competencia deportiva y tome
conciencia de que no sabe cómo integrarse al mercado laboral y reinsertarse socialmente.
Socialmente se evidencia una
responsabilidad vacante sobre este tema, ¿quiénes tiene que hacerse cargo?
¿Organismos del estado, clubes, federaciones, entidades privadas?
Lo que surge de esta reflexión es que hay mucho
por pensar y más por hacer al respecto.
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