Uno
de los factores básicos para que los
deportistas progresen en el ejercicio de su disciplina es LA MOTIVACION. La
mala disposición es uno de los grandes problemas que dificultan ser exitoso en
la práctica deportiva. Si se cree que no se pueden hacer progresos, lo más
probable es que no se produzcan.
La
motivación contribuye para solucionar los
males, achaques y frustraciones que se
presentan cotidianamente en la vida y en los deportes. Si creemos que somos capaces de
más, comenzaremos a caminar, mejoraremos notablemente. Luego, correr no será
tanto esfuerzo. Perder la convicción en sí mismo actúa como un virus muy fuerte
que ataca los puntos más importantes de los programas de ejercicios y de la
nutrición. Influirá sobre la intensidad de la dedicación, aflojará la
disciplina y decaerá lo saludable en las ingestas.
Si se
deteriora la motivación, se pierde la fuerza interior y por consiguiente el
efecto dominó negativo se evidenciará en todos los aspectos de los programas de
entrenamiento. Necesitamos sentir una fuerte confianza en las propias
capacidades. Habrá que acudir a diferentes recursos que estén a nuestro alcance
para transformar lo negativo en positivo, para aumentar nuestra autoestima y para
reforzar la constancia que nos lleven a maximizar el potencial deportivo.
Muchas
veces los recursos internos no alcanzan, habrá que solicitar ayuda a profesionales
dedicados al tema. El sentirse contenido y apoyado fortalece las fuerzas internas
y de este modo resurgen las ganas, la dedicación y el entusiasmo.
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