Entre los deportistas existen dos
formas de retirarse: Una voluntaria, cuando el deportista siente
que no disfruta con lo que hace, le da pereza tener que entrenar, ha logrado
los objetivos que se había propuesto cuando empezó, pierde la ilusión por el
día a día y dejar el deporte le supone más un alivio que un esfuerzo.
Otra es que el deportista deba
afrontar un retiro inesperado, por sorpresa, un retiro involuntario. Una
situación que no desea, porque aún disfruta con el deporte, porque sigue
acudiendo con ilusión a la cita diaria del entrenamiento. Alguien externo y por
distintos motivos, ha tomado la decisión de dar por terminada su trayectoria (entrenadores, clubes,
federaciones, lesiones físicas)
Ambos casos son fuertes para la vida
de un deportista y no suelen estar
psicológicamente preparados para finalizar sus carreras, alejarse de los
estadios, de los aplausos, del reconocimiento público, de los entrenamientos
sistemáticos, de aquello que lo ocupó entre 10 y 20 años en forma profesional.Cuestiones como buscar trabajo, continuar un estudio, ocupar el día en forma sana y coherente, tomar decisiones al respecto, enfrentar el no concurrir más a entrevistas ni ser asediado por cámaras ni periodistas puede volverse muy difícil de sobrellevar con las consiguientes consecuencias nocivas para la salud física y mental.
Deporvida brinda el sostén para atravesar este período de transición del retiro deportivo.
Comunicanos tus dudas que charlaremos y todo saldrá bien.
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